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domingo, 8 de febrero de 2015

Educación

   Aunque terminé ya mi trabajo en el colegio y escribí sobre una de las conclusiones que saqué de mi breve experiencia, también comenté que habría más... y lo prometido es deuda.

   El título de este post puede parecer muy amplio, ¿a qué me estoy refiriendo?, ¿voy a hacer una ácida y mordaz crítica del sistema educativo?, ¿voy a entrar a valorar si se está sacando de las nuevas generaciones todo lo que son capaces de dar?, ¿voy a comparar la formación de nuestros padres, la nuestra y la de ahora y a decidir cuál es mejor?... pues va a ser que no. En este caso la respuesta más obvia es la correcta: me refiero a la EDUCACIÓN, buena o mala, presente o ausente de las vidas de los jóvenes y niños, de la que va íntimamente unida a la disciplina o falta de ella.


   En este caso, mi experiencia como profesora de secundaria me ha hecho observar a los chicos más de cerca y más de seguido, pero ya tenía cierto contacto previo: quien me conoce sabe que llevo años dando catequesis a niños de entre siete y nueve años y a adolescentes de entre once y trece, y llevo este tiempo observando y viendo muchos puntos en común.

   Desde muy pequeña he tenido una gran disciplina en casa y la palabra educación estaba siempre presente, hasta el punto de que mi tía y mi abuela empezaron a llamar a mi madre sota de bastos por lo firme que era conmigo en determinadas ocasiones. He recibido castigos, he recibido algún que otro azote (en mi casa nunca fueron de collejas ni capones), si algo se me ha negado he tenido que lidiar con la frustración y aguantarme porque si me cogía una rabieta, a la frustración se le añadía además un castigo... y ¿cuál ha sido el resultado?: no estoy traumatizada, me podían llevar a cualquier parte por pequeña que fuera, sé acatar las normas de donde estoy en cada momento, soy capaz de retener mi mal genio y mis ganas de gritar y, sobre todo, no hago un mundo de cada cosa por el simple hecho de que no salga como yo quiero.


   La pregunta es ¿los jóvenes de ahora son así?, ¿saben acatar las normas?. Como buena hija de mi madre, me gusta definirme como una sota de bastos porque mantengo a los chicos a raya, en catequesis de comunión mi grupo es el que nunca mete escándalo en su clase, el que mejor se sabe todo lo que se tienen que aprender y los que en las actividades comunes se portan mejor; en confirmación son adolescentes y tienen su puntito rebelde pero, cuando hemos hecho actividades en común, hemos podido estar pendientes de otras cosas porque sabíamos perfectamente que ellos se iban a comportar.... ¿He tenido suerte con los chicos?, ¿se me han asignado a mí auténticos modelos de conducta?.... más bien, no les he dejado pasar una desde el primer día y, de ese modo, luego todos hemos estado más relajados, sabiendo yo que me puedo fiar de ellos y ellos hasta dónde pueden llegar.


   Me he dado cuenta de que no es que las nuevas generaciones sean más rebeldes o malas que las anteriores, muchos chicos se comportan de una manera determinada porque no saben que eso no se hace, no saben qué es lo que tienen que hacer ni cómo comportarse. Cuando iba por el pasillo del colegio, era yo quien tenía que esquivar a los chicos, ellos no se apartaban jamás aunque me veían llegar, ¿lo hacían por maldad? sencillamente no, es que no saben que son ellos los que deben dejar pasar a un adulto cuando se crucen con él por el pasillo o en una puerta, nadie se lo ha dicho, ¿qué esperamos?, ¿que les llegue por ciencia infusa?. En las clases están sentados de medio lado, con los libros sobre las rodillas y despatarrados (las chicas también, ojo), por supuesto yo les decía que así no podían estar, que se sentaran de frente, con el culo bien pegado al respaldo, sobre las cuatro patas de la silla y con el libro sobre la mesa... ¡¡madre mía qué drama!!, uno de ellos hasta me dijo que le daba agobio sentarse así; yo no cejaba en mi empeño y, cada vez que veía a alguien sentado de forma incorrecta, le llamaba la atención y le hacía sentarse bien, al minuto ya estaba otra vez de medio lado y despatarrado, no por rebeldía sino porque le salía solo, están acostumbrados a sentarse fatal y nadie les corrige...... ¡pero es que les tenían que llevar corrigiendo desde primaria!. 


   A otro chico, antes de empezar una clase le digo que se quite el gorro y me dice que tiene frío, yo insisto y él me pregunta que por qué, si siempre se lo deja puesto y nadie le dice nada. Yo le contesté que, en primer lugar, debía obedecer porque su profesora se lo estaba mandando y, en segundo lugar, porque, llevar gorros en lugares cerrados, como una clase, es de mala educación y debían aprenderlo, que si otros profesores no le decían nada, allá ellos, pero en mi clase había que comportarse con educación en todo momento... ¿era cierto que los otros profesores no le habían dicho que no estuviera en clase con el gorro? en ese caso, ¿por qué permiten esa falta de educación?. Una de mis frases más repetidas ha sido que una de las claves del éxito estaba en saber estar en cualquier parte: en la verbena del pueblo, en la clase de historia y en una recepción con los reyes en la Zarzuela.


  Sobre levantar la mano para pedir la palabra... de todo, pero lo más generalizado era hablar y cortar directamente, luego no debemos sorprendernos cuando tengamos adultos que nos interrumpen al hablar y no comprenden nuestras caras de disgusto, lo que vamos a tener es tertulianos del corazón. También he presenciado (alguno lo he vivido en carne propia) cómo alumnos hablaban con profesores a grito pelao, no necesariamente contra ellos sino defendiéndose de alguna circunstancia que ellos entienden como una injusticia, ¡¡pero menudos gritos pegaban los chavales!! yo no consiento ni una milésima parte de lo que presencié... de hecho puse dos partes disciplinarios por hablarme mal en una clase; luego esos chicos, se acercaron a hablar conmigo y entre sus justificaciones para su comportamiento, aparte del consabido "nos has cogido manía porque somos repetidores" (ni lo sabía), "pues con otros nos portamos peor y no pasa nada" (eso es problema de los otros, no mío), "es que tienes muy poca paciencia" (¡date cuenta!), "total para lo que vas a estar, buena gana de complicarte la vida poniendo partes" (no guapos, yo no me he complicado la vida, os la habéis complicado vosotros solitos).... la que me hizo reír por no llorar fue "es verdad que te hablamos mal y nos pusimos nerviosos, pero es que estamos en la edad y es normal que no sepamos controlarnos, tú deberías entenderlo" y esto es verídico, no parecieron entenderme cuando les dije que más les valía adaptarse ellos a las normas del mundo o el mundo se los acabaría comiendo vivos, y eso pasaba por aprender a controlar el mal carácter, por aprender a dialogar y razonar si se sentían víctimas de una injusticia y por saber estar.


   En ningún momento tuve que decir que me trataran de tú... porque ni uno solo me trató de usted en ningún momento. Hace poco, un chaval de unos catorce años se dirigió a mí para hacerme una pregunta y me habló de usted, el chico que estaba con él se rió y le dijo burlándose que cómo me hablaba de usted, que si era tonto, a lo que yo contesté que había hecho lo correcto, que cuando se dirigieran a un adulto SIEMPRE debían hablarle de usted de primeras, y una vez aclarado este particular, le dije al primero que, no obstante, podía tutearme. He trabajado muchos años de cara al público en distintos lugares, sobre todo relacionados con el turismo, y me he acostumbrado a tratar a los clientes de usted, aunque fueran más jóvenes que yo, ¿por qué? porque es la manera correcta de iniciar una relación comercial, lo primero, y luego porque a mí me dan ganas de matar cada vez que voy a Zara o similar y las dependientas se dirigen a mí con los apelativos cariñosos de cari, chiqui  o guapa.... perdone, a lo mejor me falla la memoria pero usted y yo ¿cuándo hemos comido juntas? será por eso que no voy mucho a Zara; se puede dar un trato familiar sin dejar de ser correctos....... estos son los que nunca hablaron a sus profesores de usted y se sentaban de lado.


   Acabando con la pregunta que iniciaba esta disertación, ¿los chicos de ahora están peor educados que los de antes? la respuesta es no, no están mal educados, sencillamente... no están educados; no podemos exigirles que tengan un comportamiento que no les hemos enseñado, no se les dice lo que se espera de ellos ni se les enseña a saber estar desde chiquititos, no es raro ver docenas de niños corriendo, revolcándose por el suelo y chillando en restaurantes o lugares públicos sin que sus padres se inmuten siquiera, ¿cómo van a saber esos niños que lo que están haciendo está mal si sus padres no se lo dicen? y sobre todo,  si no les dicen qué es lo que deben hacer en lugar de molestar al resto de personas inocentes que intentamos disfrutar de un momento agradable fuera de casa; por ello luego tenemos adolescentes groseros y adultos insoportables... y con el ¡¡yo soy así!! lo zanjan todo.

   Darle normas y disciplina a un niño no le va a hacer infeliz, todo lo contrario, le va a facilitar mucho la vida en el futuro, aunque de pronto nos canse y nos duela tener que regañarles como padres, tíos, catequistas o profesores que les queremos y nos desagrada ver esas caritas de pena y sorpresa. Una persona que conozco, cuando castigaba, regañaba o negaba algo a sus hijos y ellos lloraban y se enfadaban, les decía la frase más sabia que he oído nunca: "prefiero que llores tú ahora a tener que llorar yo en el futuro".

   Con cariño: Mercedes